domingo, 4 de julio de 2010

Relax en Molinaseca




Hoy ha sido un día de calor a todo trapo, el sol parecía que te derretía como a la mantequilla. El caso es que no era un día para irse muy lejos, así que hemos ido a Molinaseca a tirarnos al césped al lado del río. Como últimamente he ido con Edu, que ya conocéis de sobra de las otras entradas y que es un buen compañero de rutas y kilómetros. Decidimos ir a Molinaseca porque es un pueblo que en verano cambia; si ya de por si es un sitio genial y maravilloso, en el estío, se convierte en lugar de paso de peregrinos y de gente en busca de un poco de paz y relax, sobretodo para los primeros, que después de cruzar las montañas entre León y El Bierzo y sabiendo que aún queda un largo trecho hasta Santiago de Compostela, unos momentos de descanso y de reponer fuerzas no vienen nada mal. Molinaseca, es el sitio ideal para pensar, para reflexionar acerca de la vida, que al fin y al cabo es un camino más, como el de Santiago, ¿qué busca un peregrino en él? Quizás un tránsito de un estado de conciencia a otro, de renovación espiritual que les lleve a mirar la vida con otros ojos y valoren más lo que tienen...(recomiendo que leáis "Iacobus" de Matilde Asensi para que conozcáis más del Camino y también de los Templarios) . Bueno, yo no se qué bucan los peregrinos, yo sé lo que busco yo, y eso es paz, ni más ni menos, y ya es bastante!! Hoy creo que no he llegado a ella, no se, creo que la paz es una de esas cosas metafóricas que no existen, o que si sí lo hacen, nunca llegas a alcanzarlas plenamente. Divago que da gusto. Lo mejor del día: el helado que me he comido tirado en el césped con Edu; lo peor: el calor, me reblandece el seso y me atonta. Conclusión: un día más, o menos en la vida, según se mire. Somos agua que fluye, no somos ná de ná!







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